martes, 19 de noviembre de 2013

Reflexión Para Profesores De Fútbol En Etapa Inicial

Realmente estoy preocupado, aún da vuelta en mí cabeza el partido que perdimos el otro día, mi serie llena de cracks de 5, 6 y 7 años, niños con mucho talento, con una formación valórica que sobrepasa cualquier cosa, con actitudes de Juego Limpio impregnadas en su piel, pequeños gigantes que entienden claramente el mensaje que les quiero trasmitir, EL JUEGO Y LA DIVERSIÓN SON LO MÁS IMPORTANTE, que el ganar o perder a esta edad es un detalle, que el equipo es fundamental, que los compañeros son todo, que pedir disculpas luego de un fóul es requisito, dar la mano al rival es obligación, respetar al arbitro es primordial. 

Para mí, son campeones del mundo... pero luego de chocar con una muralla de niños físicamente muy superiores te hace dudar, quizás no tanto a ti como profesor, menos a los niños que entienden el concepto de diversión mejor que nadie, sino a los apoderados, y en realidad, siendo sincero, en cierta medida a ti como profesor. Estaré bien?? Sigo convencido que si, ganar hoy no me asegura nada, creo que es menos que un detalle, no quiero enseñarle posiciones, no quiero encasillarlos en defensa y delantero, no quiero limitarlos, QUIERO SIMPLEMENTE QUE JUEGUEN...

Hoy, independientemente si el rival respeta o no la edad, me siento preocupado, preocupado por la tristeza de ver el cuarto partido consecutivo sin celebrar una victoria, pero mi esperanza es otra, no ganar hoy, sino triunfar mañana, y no contra once jugadores, sino contra obstáculos de la vida, quiero que sean amigos, que trabajen en equipo, que rían, simplemente que rían, que sean felices por sobre todas las cosas, pero es difícil en un mundo tan competitivo, donde todos se pisotean, donde mis colegas no piensan igual, es más, donde mis colegas piensan tan distinto, nosotros no somos los protagonistas acá, son los niños. Tienen siete años y menos, no me sirve tener a grandulones que intimiden al rival, o a uno que los eluda a todos para ganar 10 - 0, o a un arquero de la categoría más grande para asegurar que el otro equipo no haga goles...

Yo quiero otra cosa, cercana y fácil pero mis colegas me la complican, cuánto importa un resultado a esta edad??? Los papás ya aprendieron también, pero seguimos luchando contra papás que aún no lo hacen, porque el profesor de su hijo tampoco lo hace, tendré que cambiar???, estaré extinto en algún tiempo, o mi manera de llegar al éxito en la vida servirá a estos niños??? y a otros niños??? mi duda aunque parece estar respondida por si sola sigue siendo grande, demasiado grande, yo no quiero reconocimiento, los protagonistas son ellos, el equipo, quiero que los papás no sean hinchas de sus hijos, sino del EQUIPO formado por su hijos, estoy seguro que nosotros estamos bien, pero nadamos contra la corriente, contra "profesores" que quieren ganar a toda costa y no respetan las edades, contra "profesores" que quieren sacar ventajas de cosas antideportivas, contra "profesores" que ponen sus intereses por sobre el de los niños, son tantos que me hacen dudar, demasiado...

Tendré que cambiar??? El triunfo del momento me llenará de satisfacción??? Puede ser, pero cuánto durará??? cuánto??? De verdad estoy seguro de mi trabajo, muy convencido, pero te juro que aveces Tú, "colega", me haces dudar...



Uno de mis grandes campeones de 7 años, 
luchando por mantener el balón entre dos compañero del 
equipo rival, "también de 7 años"... 
(imagen capturada de un video)

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Carta De Un Hijo Al Papá (Sobre Futbol)

Querido papá, seguro que esta carta tiene algunas faltas, porque sigo confundiendo la ese con la ce y de los acentos nunca me acuerdo, pero sé como se escribe fútbol … asi que me vas a entender…

Quiero que sepas que me gusta que me acompañes todos los domingos a los partidos y que me lleves a los entrenamientos, que sepas que te siento cerca por todas esas cosas que haces por mi. Quiero que sepas que te quiero mucho… 


Pero también quiero que sepas que hay cosas que no hago, porque no se hacerlas, no porque no quiera. Porque soy un niño, papá. Por eso me equivoco. Porque soy un niño. 

¿Sabes papá? No te enojes, pero… 

No me gusta que me grites desde la grada del campo. 
Me da vergüenza que me digas lo que tengo que hacer delante de mis compañeros. 
No me gusta que mi entrenador escuche tus gritos, él ya me dijo lo que tengo que hacer en el partido. 
Tampoco me gusta que le grites al árbitro, él no me hizo nada… y si me hubiera hecho algo… no lo insultes en mi nombre, porque yo no lo insultaría. 
Quiero que todos mis compañeros jueguen, incluso los que saben menos que yo. 
No me gusta que te enfades cuando me sacan para que entre otro. Los que entran son mis amigos.

Esto es un juego papá, quiero divertirme. 
¿De verdad tú sabias hacer todo lo que me pides que yo haga? 
¿De verdad tú le pegabas con las dos piernas? 
¿De verdad eras tan buen jugador como me cuentas? 
Yo sé que nunca me mentiste, así que quiero que recuerdes esas mañanas de domingo, cuando eras niño y trates de ponerte en mi lugar. 

Yo se que me amas como a nadie, pero a veces tanto cariño lastima, papá. 
Yo no quise fallar el gol. Yo quise marcarlo… pero no supe. 


¿Te acuerdas quien es Ignacio? Mi amigo que hace natación. 
Me contó que los padres no le gritan cuando nadan porque él no puede escuchar abajo del agua. Y me contó también que lo que dice el árbitro no se discute, que nadie le dice a un árbitro que le esta robando, y me contó que aplauden mucho al que llega el último, y que nadie se puede mover del agua hasta que no llega el último nadador. 

Y Joaquin –que juega a Rugby- me contó que cuando terminan el segundo tiempo empieza el tercer tiempo y se juntan los dos equipos, cantan y festejan. Dice que en el primer y segundo tiempo se preparan para ser jugadores de rugby y en el “tercer tiempo” para ser “hombres de rugby” 
Y Fede que juega al baloncesto dice que… 

No, yo no quiero cambiar de deporte, quiero jugar al fútbol, porque el fútbol es el mejor deporte que existe, papá. 

Pero quiero tener el derecho de no ser campeón, el derecho de no tener que salvar a mi familia con un pase con el exterior, el derecho a que no me llamen mariquita si no devuelvo una patada, el derecho a no ser una futura estrella de televisión, el derecho a que no le digan al compañero mujercita porque llora en el partido. 
Todavía somos niños, papá.

Quiero que recuerdes que nunca me preguntaste que deporte quería practicar…es más ni si quiera me preguntaste si quería practicar algún deporte. 
Me regalaste una pelota y una camiseta cuando apenas sabia caminar y diste por entendido que me gustaba el fútbol… está bien, no te preocupes, claro que me gusta el fútbol, no fallaste papá, es el mejor deporte de todos. 

Pero quiero que sepas que hay mañanas que no tengo ganas de levantarme, que a veces estoy cansado, que no me han enseñado a hacer todo lo que saben hacer los grandes, no han tenido tiempo de enseñármelo. 

Quiero que sepas que no soy un hombre chiquito, soy un niño jugando a un juego de niños. 


Y sobre todas las cosas… quiero seguir jugando al fútbol y que estés siempre a mi lado para llevarme a los campos, hasta el día en que empiece a llevarte yo. 
Porque a pesar de todo lo que te conté en la carta, el fútbol y tú, sois dos de las mejores cosas que me han pasado.